«Miles de millones de mapas de transporte se han imprimido desde que aparecieron por primera vez a mediados del siglo XIX en Nueva York y Londres. Desde entonces, estos prácticos planificadores de viaje se han convertido, probablemente, en los elementos cartográficos más reproducidos.
En los sistemas de transporte más complejos, en especial aquellos que atraviesan túneles laberínticos, es imposible localizar puntos de referencia desde las ventanas del tren o a lo largo de los pasillos de baldosas. Es necesario, pues, que los mapas se diseñen concienzudamente para ofrecer el camino más sencillo a través de la oscuridad. Por este motivo, la cartografía de transportes es la rama del diseño de mapas que más ha recurrido a la simplificación de la mayor parte de sus elementos en formas esquemáticas.»